miércoles, 30 de abril de 2008

"Charlie don't surf!"

lunes, 21 de abril de 2008

Y se terminó el BAFICI

Los dos años anteriores me encontraron recién desempleado, por lo que tenía tiempo y una indemnización entera para gastar. Este año, entre el trabajo y la facultad, pude ir a poco más de 15 películas, la mayoría de ellas de Koji Wakamatsu, un tipo que desde los '60 viene haciendo obras donde la violencia, el sexo y la política forman un cóctel poético y explosivo. Sirve, además, para conocer algo que para muchos era inexistente, la izquierda en japón, y descubrir grupos como el Ejército Rojo Unido, casualmente nombre de su última película ("United Red Army"), que presentó en el festival, me dio oportunidad de hacerle una pregunta y darle la mano. Larga (3 horas y 10 minutos), fuerte, con un contenido informativo enorme y un diálogo constante con un documental del mismo director, "Red Army/PFLP" (también exhibido en el festival) sobre este grupo, a raíz del primero secuestro de un avión japonés, que iba a ser llevado a Corea del Norte y finalmente termina en Oriente Medio, desde donde vemos al PFLP palestino en acción.

ahora, hablando en serio, lo mejor es el ajusticiamiento de los miembros internos del ERU bajo el cargo de "stalinista"

y hablando de eso, vi también "La trinchera luminosa del presidente Gonzalo", de Jim Finn (director también presente en la proyección), un documental de ficción donde, en Nuevo Mexico, en español y con actrices mexicanas, se recrea (en registro documental) la vida en una carcel peruana en 1989, donde 15 miembros femeninos de Sendero Luminoso purgan su condena, al tiempo que profundizan el entrenamiento físico e intelectual, citan a Mao y al Presidente Gonzalo (Abimael Guzmán, la cuarta espada del marxismo después de Marx, Lenin y Mao, como a él mismo le gustaba llamarse), despotrican contra el frentismo, Convergencia Socialista, Izquierda Unida y los "huevones reformistas", llaman a la Guerra Popular y pintan murales contra la "rata china" Deng Xiaoping. Es muy graciosa una escena del juicio donde a dos que acusan de "revisionismo" (el peor mal para el PCP) las acusan de "hijas de Deng Xiaoping" para luego decir "no entiendo por que nos llaman dogmáticos"

En fin, algo extraño, muchas más películas políticas que en otros años, y no solo sobre movimientos armados, hubo un abanico mucho más amplio que incluyó el documental clásico, la revisión y estreno de películas urbanas de denuncia, experimentaciones políticas y demás yerbas. La mano de Macri solo se notó en la falta de comodidades en el Abasto y la pésima organización para muchas cosas (una constante en el BAFICI) pero claramente la selección quedó en manos de Wolf y su equipo, que construyeron, paradójicamente, un festival mucho más político e inclusivo que los de los gobiernos progres.
No se si irme a Seúl o a Tokio.

Es todo un tema la decisión, porque primero tengo que aprender el idioma.

martes, 15 de abril de 2008

No vale verte tan poco tiempo, después te extraño el doble

miércoles, 9 de abril de 2008

Hoy empiezo el BAFICI, con una rusa y una japonesa.

Bien BAFICI

martes, 8 de abril de 2008

Hay que acabar con la mentira Gus Van Sant.

lunes, 7 de abril de 2008


Demasiado intelectual para las hordas de espectadores en busca de crudas escenas de sexo y violencia, demasiado violento y sexual para el público de cine-arte, sus películas son bombas de tiempo disfrazadas de objetos de consumo rápido.

Quien no quiere ser recordado así?

jueves, 3 de abril de 2008

Quiero volver a Mar del Plata y quedarme allá.

martes, 1 de abril de 2008

Ahora la grilla está, pero la página se saturó.

Pufff...

BAFICI 08 - Comentario 6

LO QUE SOBRA

Yo (Rafa Cortez). Un trabajador alemán, llamado Hans, llega a un pueblo de Mallorca, a tomar el trabajo de casero de una mansión, reemplazando a otro Hans. La duplicación de personalidades se va fundiendo en una y luego en ninguna, como en una película de Antonioni. Solo que esta película debut del mallorquina Rafa Cortez no se parece en nada a Antonioni y tampoco a ninguna otra cosa. Tiene el suspenso de un thriller, el ambiente de una película de fantasmas y la incertidumbre existencial de… bueno, Antonioni. Fabuloso trabajo del actor Álex Brendemühl.



Encounters at the End of the World (Alemania), de Werner Herzog. Placentera, con un sentido del humor refinado y ese misterioso olfato de Herzog para encontrar los mejores personajes en los lugares más increíbles y lograr que ambos se fusionen.


Control (Gran Bretaña), de Anton Corbijn. Biopic en blanco y negro sobre ese artista de culto que aún hoy, a 27 años de su muerte, sigue siendo Ian Curtis (condición amplificada por su durísima existencia y su trágico final, justo cuando el grupo Joy Division se encaminaba a la gloria dentro del movimiento post-punk británico). Esta opera prima del holandés Corbijn, un eminente fotógrafo de la escena rock que llegó incluso a retratar en aquella época a Curtis y a sus compañeros que luego sí alcanzarian la masividad con la propuesta tecno/new-age de New Order, tiene una narración interesante, muy bien armada y afortunadamente elude las convenciones que nos hacen odiar a estos acercamientos biográficos a héroes caídos. Abrió la Quincena 2007.

Chacun son cinéma. Cannes reunió a 33 grandes directores para que cada uno filmara un corto con motivo de los 60 años del festival: Takeshi Kitano a Wong Kar-wai, pasando por David Cronenberg, los Coen, Abbas Kiarostami y Ken Loach, González Iñárritu, Aki Kaurismäki, etc.

BAFICI 08- Comentario 5

QUE MAL QUE ANDA TODO, CHE.

Redacted (EE.UU.), de Brian De Palma. De Palma recrea Pecados de guerra en el Irak actual, reorientando el tono de su trabajo hacia el agit prop y la vanguardia. Lo que termina imperando es una brillante reflexión en torno a la dinámica de los medios de comunicación actuales y la transformación de aquello que solemos llamar realidad. Para acercarse al conflicto bélico de la manera más verídica posible, De Palma opta por asumir como materia prima (ficcionalizada) diarios filmados de soldados, videos de YouTube, reportajes para noticieros, cámaras de seguridad, video-blogs o documentales televisivos de corte didáctico. La verdad se revela como un puzzle fragmentario, complejo, casi inaccesible, y resulta asombroso observar cómo el animal cinematográfico que es De Palma consigue organizar los materiales para terminar construyendo una narración vibrante y emotiva, en la que a pesar de su apariencia documental, los recursos puramente fílmicos (el suspenso, el tempo, el encuadre, el fuera de campo...) pueblan la pantalla en todo momento.

La question humaine (Francia), de Nicolas Klotz. La película kamikaze del año. Tesis: el lenguaje ultra-tecnificado del empresariado moderno, que alcanza su máxima expresión en los departamentos de recursos humanos, contiene partículas residuales del contenido ideológico propugnado por el régimen nazi. El sorprendente resultado: un delicado tratamiento de los conceptos de herencia generacional, impacto traumático del horror, y el peso imborrable de la memoria personal e histórica. La estrella: Mathieu Amalric, el mejor actor europeo del momento. Registros: crudo realismo (a la Laurent Cantet), catársis corporal (una fisicidad angustiante) y otras tantas fugas oníricas. La cuestión a la que termina dando respuesta Klotz parece ser: ¿Cómo realizar una pirueta formal con doble tirabuzón ideológico y no morir en el intento?.

Import/Export (Austria), de Ulrich Seidl. Hay películas que encuentran su valor específico en su manera de confrontar tandencias malignas del cine de su tiempo. Así, la nueva película del extraordinario cineasta austriaco Ulrich Seidl se enfrenta sin tapujos al "cine transnacional de la buena conciencia". Ante películas tóxicas como Babel, de Alejandro González Iñárritu, Crash/Vidas cruzadas, de Paul Haggis (en el marco estadounidense) o The Edge of Heaven, de Fatih Akin (presentada en este mismo BAFICI), que alinean los males del mundo bajo el pulso dictatorial y dramatúrgico del director/demiurgo, Seidl opta por poner en escena la historia de un hombre y una mujer que realizan, de forma cruzada, pero sin tocarse, el trayecto entre Austria y Ucrania, descubriendo por el camino ambas realidades sociales, los flujos migratorios que las conectan y la relación de poder y sumisión que se establece entre los individuos de dichas naciones. A Seidl le obsesiona la crudeza y el declive de Europa, pero lo que resulta más fascinante es que, a pesar de que su cámara parece un imán para la bajeza moral, consigue albergar en su cine súbitos brotes de humanidad y ternura. Por eso, su cine acaba siendo tan sugerente, porque más que cerrar sus tesis y confirmar sus hipótesis, lo que consigue es abrir debates y ámbitos de reflexión.

Profit Motive and the Whispering Wind (USA), de John Gianvito. Una recorrida por las tumbas de los mártires de la izquierda estadounidense, cortada con tomas de bosques en los que susurra el viento. Prolija y sensible.

Dal Polo all’Equatore (Italia), de Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi. El dúo es responsable de uno de los proyectos cinematográficos más fascinantes de la actualidad, basado en un uso revolucionario del material de archivo de la primera mitad del siglo XX. Aquí comenzó todo, con el celuloide impreso por un fascista amnésico.

L'Avocat de la terreur (Francia), de Barbet Schroeder. Impactante y polémico (desde lo ideológico y desde lo ético) documental sobre Jacques Vergès, un abogado que incursionó en la lucha armada, defendió a terroristas en todo el mundo, desde Argelia hasta Palestina pasando por Alemania, y representó también a dictadores, criminales de guerra y profetas que negaron el Holocausto. Un personaje tan siniestro como fascinante.

BAFICI 08 - Comentario 4

HELLO, LENIN

The Revue (Sergei Loznitsa). Mirar la hermosura documental de noticiarios como por primera vez, restaurada hasta en el mínimo detalle. Belleza soviética, hay que aclarar, y de esa que encandila como la nieve rigurosa de las estepas rusas. Loznitsa insiste en que el registro de la historia pasada, esta vez de las décadas del 50 y 60, puede formar, al mismo tiempo, un mosaico y un calidoscopio donde se despereza el espejismo más tangible de la realidad. Acá hay un vaivén simple entre trabajo y arte, entre la política concreta y su propia mitificación, que va revelando el mapa de la gloria y el fracaso de la Unión Soviética. Y también hay unos títeres que rockean.

The Mosquito's Problem and Other Stories (Bulgaria), de André Paounov. Una de las películas más graciosas de toda la programación. Personajes estrafalarios y el derrumbe del bloque socialista visto con los ojos abiertos y lúcidos como los de un borracho con alma de filósofo.

Of Freaks and Men (Rusia), de Alexei Balabanov. Excéntrico film que se disfraza de melodrama mudo para narrar una parábola de explotación y corrupción en la Rusia de principios del siglo XX. Los protagonistas son varios, pero destacan los gemelos orientales unidos físicamente desde su nacimiento.

BAFICI 08- Comentario 3

Que gente loca!

Interkosmos (Jim Finn). De la Tierra a la Luna, y más allá también, la utopía cómica (DT dixit) de Finn promete ser uno de los mundos más atractivos a descubrir en este Bafici. Su ópera prima es un falso documental construido con el rigor y la seriedad de ese comunismo que en Europa (del Este) ya no se consigue, acerca de una misión espacial especialísima. Altos momentos de disparate a cara de piedra, como una coreografía con jugadoras de hockey formando hoces y martillos, al ritmo de un kraut rock sónico que le habría hecho mover los pies hasta a Kruschev.

Otto; or Up with Dead People (Bruce La Bruce). En Cartoon Wars, uno de los mejores capítulos de South Park, Cartman descubre por qué los flashbacks de Family Guy son tan disparatadamente arbitrarios. Resulta que los productores de la serie tienen una pecera gigantes con manatíes que eligen bolillas con inscripciones al azar y según el resultado de esta elección, los realizadores de Family Guy hacen un chiste. Ejemplo: si los manatíes eligen una bolilla que dice “Tom Hanks”, otra que dice “helado de chocolate” y otra, “rinoceronte gigantesco”, los guionistas de Family Guy meten un flashback en el que Tom Hanks está comiendo un helado de chocolate y viene un rinoceronte gigantesco y lo aplasta. O algo así. Los que conocen a Bruce La Bruce dicen que él también tiene una pecera gigantesca con manatíes y bolillas en su casa. Hace unos meses los manatíes sacaron las bolillas: “zombies”, “marxismo”, “homosexualidad”, “chanchadas”, “perversiones sexuales”, “cine mudo de la década del 20” y ahora Bruce la Bruce llega al BAFICI con Otto; or Up with Dead People.

The Sun and The Moon (Stephen Dwoskin). ¿Alguien se atrevió a mezclar erotismo y deformidad en un mismo plano visual a través de una película sin ningún pudor? Tal vez unos pocos lo hicieron, desde diversos géneros, con distinta distancia irónica, conceptual, fetichista. Pero Stephen Dwoskin, un especialista en la materia erótica, lo trató una vez más, en una película más allá de sus propios límites: esta vez él es el protagonista de esta cruzada, poniendo su cuerpo desequilibrado en un primer plano difícil de tolerar. Una adaptación de La Bella y la Bestia, pero la parte bestial se come a la otra y es difícil soportar esa cámara lenta que planifica la fantasía más monstruosa que alguien haya hecho realidad digital. Vanguardia pura, obra maestra de un futuro que, por desgracia, tal vez no exista nunca.

La France (Francia), de Serge Bozon. Primera Guerra Mundial + travestismo + irresistibles canciones anacrónicas + lirismo + desparpajo + una historia de amor y solidaridad en medio de las peores atrocidades + una enorme actriz (Sylvie Testud) haciéndose pasar por soldado para ir en busca de su marido, del que ha perdido todo contacto epistolar. Otra joya de la última Quincena

BAFICI 08- Comentario 2

Seguimos con las recomendaciones.

Latinoamérica, despierta

La trinchera luminosa del Presidente Gonzalo (USA), de Jim Finn. Rara y más que interesante reconstrucción del entrenamiento de las mujeres militantes de Sendero Luminoso en las cárceles peruanas.

Mange, ceci est mon corps (Haití-Francia), de Michelange Quay. De una gran originalidad, singular y sincopada, lo político elevado a un grado de abstracción difícil de describir. Una de las grandes experiencias.

Pepos (Colombia), de Jorge Aldana. Inclasificable, desmañada y moderna. Hay una idea por minuto y la mayoría son buenas. Mucho del último cine de la calle que se hizo en Latinoamérica debiera ver esta joya oculta como quien descubre que tenía un pariente lejano y no lo sabía.

Luz silenciosa (México), de Carlos Reygadas. El talentoso director de Japón y Batalla en el cielo narra un triángulo amoroso (prohibido, claro) en el seno de una rígida comunidad menonita del norte de México. Más allá de sus homenajes a (e ínfulas de) Tarkovski y Dreyer, tiene algunas secuencias tan brillantes y sobrecogedoras que lo hacen insoslayable. Reciente ganador del premio FIPRESCI a la mejor película latinoamericana de 2007.

Calle Santa Fe (Francia-Chile), de Carmen Castillo. Esta directora radicada desde hace muchos años en París regresa a Chile para recuperar la historia de su marido Miguel Enriquez -lider del grupo revolucionario MIR, que acompañó a Salvador Allende y combatió a la dictadura de Augusto Pinochet- asesinado en 1974. Embarazada por entonces, Castillo se salvó milagrosamente de las balas policiales y fue enviada al exilio por los militares. Más allá de algún off sentencioso y de algunas decisiones artísticas discutibles en su didactismo for export, Calle Santa Fe es una obra de múltiples aristas, que propone diversos debates sobre aquella época, que tiene varias capas y niveles de lectura y que termina emocionando con una apuesta inteligente y profunda. La responsabilidad que cada uno tuvo en aquellos tiempos, la discusión sobre la lucha armada, las consecuencias del exilio, la reivindicación de los militantes muertos y la culpa de los sobrevivientes, las diferencias generacionales, los conflictos familiares y una larga discusión respecto de si el MIR debía o no comprar la casa de la calle Santa Fe donde cayó Enriquez son algunos de los temas que surgen durante las muy interesantes tres horas del film.

La rabia (Argentina), de Albertina Carri y Cochochi, de Laura Amelia Guzman e Israel Cárdenas Ambiciosa y elegante, radical y conscientemente provocativa, La rabia, de Albertina Carri, probablemente su mejor película hasta la fecha, es una indagación sobre la violencia, allí donde el orden simbólico se deteriora y da lugar a lo arcaico sin mediaciones

BAFICI 08 - Queja 1

Hoy se pusieron en venta las entradas.

¿Y la grilla de programación?

Bien, gracias.