jueves, 17 de enero de 2008

Nuestros años felices

Convivir. Es lo único que puedo hacer, si no quiero volverme loca. Y la verdad, que me gusta mi cordura, o lo poco que queda de ella. Pasar mis días, mis tardes y mis noches junto al recuerdo, con el odio a flor de piel, y con el temor por lo que va a venir, mucho más adentro, allá después de los órganos, donde hasta la sangre se pierde. Porque las almas puras no sangran, lástima que la mía esté tan negra, tan sucia, tan repulsiva, por los siglos de los siglos, amén.

Nací de una violación, y eso nadie lo puede ocultar. Ni mamá, tan distinta a mí (las cosas que me enteraría después, mamá, tan cerca y tan lejos mamá), ni papá, que se fue antes de que todo esto pasara (entonces no sería papá. Pero todo fue culpa de él, decía mamá), ni el tiempo que borra todo. Nada va a disimular el hecho de que soy fruto de un acto odioso.

Como en tantas veces, y lugares, fue de noche. A sangre y sangre (porque fuego no hubo, todo en un prolijo silencio de complicidad) entraron en casa, y mamá dormía. Los vecinos le avisaron que el barrio se estaba poniendo peligroso, que tuviera cuidado, más una mujer sola, como ella (tan apetecible, diría algún libidinoso entrado en años). Pero nada pudo hacer.

A veces me pregunto si, en alguno de todos esos momentos de violenta sorpresa, ella disfrutó. Desde la muerte de papá que no había tenido ningún hombre y esto era lo más parecido al amor que ella podía sentir. No era muy distinto, tampoco, a lo que antes recibía. Jamás me lo dijo, pero en sus ojos puedo leer la tristeza de jamás haber sido feliz. Y derrumbarse después de decírmelo sin hablar.

Yo tampoco fui feliz. Nunca. Es algo bastante lógico, teniendo en cuenta que soy hija del horror, que sin él no estaría acá. La corrupción es mi estado natural, y eso no es nada compatible con una sonrisa cada mañana. Sin embargo, una vez estuve enamorada. Fue en primavera, yo no sabía muy bien que esperar, ni que hacer. Joven, inexperta, él me dijo todo va a estar en orden, y le creí. Pero no quería coger, me daba miedo. El sexo no me atraía para nada, en mi mente solo era la mayor de las violencias; el miedo de mamá, esta mierda de vida para mí. No, no quiero, salí, no me toques.

Me violó. El muy hijo de puta me violó, y yo que le había creído. En orden, las pelotas, las cosas no están en orden, siento el dolor más horrible de toda mi vida, me veo en el espejo y soy mi mamá, otra vez vejada, un ente sin voluntad, disponible para todo aquel que quiera aprovecharse. Esa soy yo, esa fuimos y esa vamos a ser.

No quiero pensar, ni recordar nada. En un segundo cruzaron los recuerdos y las visiones por mi mente. Ya no quiero verlos, ya no quiero, más.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Leí. Me gustó. Llegué por tu comment. Sos de Sociales? Mi carrera es modernista, el mayor acercamiento a lo contempóraneo es Gramsci, el as en la manga de todas las cátedras para creerse lejos de lo anacrónico. En algún momento pensé que unas coloridas estampitas de Gramsci serían un éxito en Marcelo T. En la disputa por este mártir, nunca escuché tantos lamentos como en las aulas sociológicas. Litros de lágrimas derramadas por el teórico del PCI. En fin, todo esto para decir que es bueno saber que hay más gente que piensa que Sociales atrasa... Saludos!

Damián dijo...

Si, atrasa tanto que me terminé yendo , dejé la carrera en agosto, para estudiar Dirección de Cine. Lástima que sea en una privada, pero es lo que hay.

Igual, gracias Gramsci, gracias Smuchler, gracias Benjamin, los voy a recordar siempre, pero gracias, no gracias.

Anónimo dijo...

Mmm... ahora me siento peor. Porque yo sigo, claro. Por acá, el cinismo universitario se expande, es un método práctico para no morir. Mejor no pensar en eso. Creo que tu agradecimiento tiene como condición para su existencia la distancia. Es como querer a alguien que vive lejos. Qué suerte. Qué bueno estudiar cine. Seguiré tu blog...

Damián dijo...

Ah, claro, supongo que influye Benjamin y sus distancias, con la salvedad de que Ramos no es una obra de arte. La recordaré con ese cariño de la relación que terminó bien, decidimos separarnos antes que morir.
Espero que alguna otra idea suelta que deje por ahi te llame la atención, y vuelvas a pasar por acá