martes, 15 de enero de 2008

Punk y Anarquía: lo que me mata me hace más fuerte

En un principio

Si bien sus raíces son mucho más extendidas en el tiempo, a mediados del siglo XIX, el anarquismo como teoría y práctica se expande entre el proletariado europeo, y luego, el norteamericano. Hasta la década del '30 del siglo XX, es una fuerza viva y muchas veces predominante en el movimiento obrero. A partir de allí, por distintas razones, comienza una debacle que diezmó las filas del anarquismo como nunca, hasta un tímido resurgimiento a finales de los '80. En Argentina, particularmente, los sucesos de diciembre del 2001, de definidos tintes libertarios, marcaron el inicio de un nuevo interés por el anarquismo. Yo soy un ejemplo de ello.

Revolución y claveles, alfileres y crestas

Los '70 fueron tiempos alborotados para todos. Los movimientos armados sacudían Latinoamérica con resultados varios y los hippies, luego de haber inventado la contracultura, se retiraron de escena. El neoliberalismo comenzaba sus primeros ataques desde el Imperio del Mal y sus figurines se repartían en gobiernos de distintas partes del mundo. Todo eso mezclado, en distintas dosis, da como resultado un vómito, un grito primal destinado a remover conciencias y ser la última vanguardia artística del siglo (quizás, de la humanidad): el punk. No importa la tipificación del punk, sino uno de sus aspectos, el relacionado con el anarquismo.

Desde Crass hasta "I'm an anarchist"

El anarquismo estuvo presente en el punk, tanto en letras, como en prácticas: el DIY es prueba suficiente de eso. Con distintos grados de compromiso y banalidad, volvieron a poner en boca de muchos la palabra "anarquista", y eso es demasiado para un movimiento artístico. Como toda vanguardia y contracultura, fue devorada por el mercado, pero lo que pasó en esos años, queda presente, e influenció a bandas que vinieron algo, o mucho después (La Polla Records, Dead Kennedys, Sin Dios, Los Muertos de Cristo, Black Flag, Anti Flag, Against Me, Propagandhi, Shaila, Argies). Estas bandas, transfirieron algunos conceptos y mucha emoción a las generaciones precedentes. Hubo quienes se dedicaron solo a escuchar y poguear, otros leyeron también. Como sea, se convirtieron en puerta de entrada a la Idea Libertaria. Otra vez yo; después de todo, el ego no está tan muerto.

Soy Anarkopunk, Duhalde me mandó a dormir

Sin embargo, así como el punk mantuvo viva la llama del anarquismo cuando palidecía (quizás por eso, por ser algo que provocaba rechazo y solo rememoraba caos), creo una casta que, en su mayoría, desprestigia más de lo que ayuda al anarquismo. Estos son los anarkopunks. Como en todo grupo social, dentro de ellos también hay personas que saben usar su cabeza, y su tiempo, en actividades productivas de aquellos que dicen defender, pero a muchos solo les gusta el bardo gratuito, la molotov al banco, y a eso lo llaman "Acción Directa". Invocan a Severino, de una manera tan literal y esquiva, que solo genera tristeza. Este no es un momento de destrucción, amigos, sino de construcción. Todo está por hacerse aún, y cada brazo dispuesto, cuenta.

Me gustaría conocer opiniones al respecto. Venga, vomite conmigo.

“Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones,

ese mundo esta creciendo en este instante”
Buenaventura Durruti

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