viernes, 11 de enero de 2008

Re-Apertura (o los motivos)

Siempre hago todo mal. Bah, quizás no mal, pero si de maneras extrañas, laterales, crípticas o caprichosas. Por ejemplo, luego de leer un tiempo la Ñ, me dije "voy a ponerme a leer narrativa joven argentina".

¿Por dónde empecé?

Por Alberto Laiseca, que con sus 67 años y 18 libros editados, no era exactamente lo que tenía en mente. Actual, si, más vital (y en esto incluyo la vitalidad) que muchos otros, también. Con sus bigotes a lo Nietzsche, "cuando estaba más loco", el personaje del Conde me atrajo, como si fuera una de esas figuras magnéticas que solo surgen tan pocas veces, un Bukowski porteño.
Sin embargo, logré encontrar los blogs de lo que yo quería (y descubrir que mi profesora de Semiología del CBC es escritora, cantante y performer) y comencé a sumergirme en esto.


Otro de mis problemas es la falta de constancia. Siempre me gustó escribir, lo hago correctamente, pero si bien tengo ideas y cosas que decir, me falta la decisión para hacerlo seguido. Espero que este espacio sea una manera de retomar aquello, y, por fin, hacerme famoso. Porque siempre fui un pez grande en estanque chico, y ahora quiero ver si me la aguanto contra los tiburones.

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