miércoles, 24 de diciembre de 2008
miércoles, 10 de septiembre de 2008
miércoles, 16 de julio de 2008
Hasta los 12, 13, iba una vez por año. Me acuerdo de los animales, de las tunas, del olor, de la tortilla a la mañana, de la extensión de la libertad. De no saber cuantas hectáreas son propias, porque la tierra es de todos, y nadie tiene poder de decidir donde pastan y toman los animales.
Nadie sabía que era la soja, porque no servía para nada. Ni para comer, ni para darle a los animales. Algo así, no tiene razón de existir.
Hoy veo un piquete de no más de 30 personas, en su mayoría bien vestidos, con cartelitos Arial 48 que exclaman "Yo estoy con el campo". Me pregunto que relación hay entre ellos y las manos encallecidas de mi abuelo.
lunes, 14 de julio de 2008
Punk, papá, punk.
jueves, 10 de julio de 2008
lunes, 7 de julio de 2008
domingo, 6 de julio de 2008

Hubo pocas cosas tan demoledoras en mi vida, como el final de Trapito. Cuando dice "No te vayas Salapín, eres mi ilusión" cruza un bosque de espinas, llora, llega a la colina más triste del mundo y clava los pies en la tierra, con ESA canción de fondo.
Desde que tenía 5 años y la ví por primera vez, que no lloraba de esa manera.
Por lejos, el momento más triste de la historia del cine.
Ojalá algún día logre conmover de esa manera.
Pero no a los niños, por favor, que luego quedan traumados, como yo.
viernes, 4 de julio de 2008
jueves, 3 de julio de 2008
martes, 1 de julio de 2008
¿Quién podía pensar que iba a ser un éxito de aquellos?
Sin embargo, helo aquí:

1. Carnaval toda la vida
2. Manuel Santillán, el león (reggae)
3. Gitana
4. Siguiendo la luna
5. Gallo rojo
6. El crucero del amor
7. Destino de paria
8. Arde Buenos Aires
9. Desapariciones
10. Venganza
11. Cartas, flores y un puñal
12. El aguijón
13. Soledad
14. Manuel Santillán, el león (salsa)
15. Ríos de lágrimas
http://www.badongo.com/file/5361190
viernes, 27 de junio de 2008
7mo. FESTIVAL INTERNACIONAL DEL CINE POBRE.
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miércoles, 25 de junio de 2008
martes, 24 de junio de 2008
lunes, 23 de junio de 2008
viernes, 20 de junio de 2008
jueves, 19 de junio de 2008
miércoles, 18 de junio de 2008
miércoles, 21 de mayo de 2008
viernes, 16 de mayo de 2008
miércoles, 30 de abril de 2008
lunes, 21 de abril de 2008
Y se terminó el BAFICI
ahora, hablando en serio, lo mejor es el ajusticiamiento de los miembros internos del ERU bajo el cargo de "stalinista"
y hablando de eso, vi también "La trinchera luminosa del presidente Gonzalo", de Jim Finn (director también presente en la proyección), un documental de ficción donde, en Nuevo Mexico, en español y con actrices mexicanas, se recrea (en registro documental) la vida en una carcel peruana en 1989, donde 15 miembros femeninos de Sendero Luminoso purgan su condena, al tiempo que profundizan el entrenamiento físico e intelectual, citan a Mao y al Presidente Gonzalo (Abimael Guzmán, la cuarta espada del marxismo después de Marx, Lenin y Mao, como a él mismo le gustaba llamarse), despotrican contra el frentismo, Convergencia Socialista, Izquierda Unida y los "huevones reformistas", llaman a la Guerra Popular y pintan murales contra la "rata china" Deng Xiaoping. Es muy graciosa una escena del juicio donde a dos que acusan de "revisionismo" (el peor mal para el PCP) las acusan de "hijas de Deng Xiaoping" para luego decir "no entiendo por que nos llaman dogmáticos"
En fin, algo extraño, muchas más películas políticas que en otros años, y no solo sobre movimientos armados, hubo un abanico mucho más amplio que incluyó el documental clásico, la revisión y estreno de películas urbanas de denuncia, experimentaciones políticas y demás yerbas. La mano de Macri solo se notó en la falta de comodidades en el Abasto y la pésima organización para muchas cosas (una constante en el BAFICI) pero claramente la selección quedó en manos de Wolf y su equipo, que construyeron, paradójicamente, un festival mucho más político e inclusivo que los de los gobiernos progres.
lunes, 7 de abril de 2008
martes, 1 de abril de 2008
BAFICI 08 - Comentario 6
LO QUE SOBRA
Yo (Rafa Cortez). Un trabajador alemán, llamado Hans, llega a un pueblo de Mallorca, a tomar el trabajo de casero de una mansión, reemplazando a otro Hans. La duplicación de personalidades se va fundiendo en una y luego en ninguna, como en una película de Antonioni. Solo que esta película debut del mallorquina Rafa Cortez no se parece en nada a Antonioni y tampoco a ninguna otra cosa. Tiene el suspenso de un thriller, el ambiente de una película de fantasmas y la incertidumbre existencial de… bueno, Antonioni. Fabuloso trabajo del actor Álex Brendemühl.
Encounters at the End of the World (Alemania), de Werner Herzog. Placentera, con un sentido del humor refinado y ese misterioso olfato de Herzog para encontrar los mejores personajes en los lugares más increíbles y lograr que ambos se fusionen.
Control (Gran Bretaña), de Anton Corbijn. Biopic en blanco y negro sobre ese artista de culto que aún hoy, a 27 años de su muerte, sigue siendo Ian Curtis (condición amplificada por su durísima existencia y su trágico final, justo cuando el grupo Joy Division se encaminaba a la gloria dentro del movimiento post-punk británico). Esta opera prima del holandés Corbijn, un eminente fotógrafo de la escena rock que llegó incluso a retratar en aquella época a Curtis y a sus compañeros que luego sí alcanzarian la masividad con la propuesta tecno/new-age de New Order, tiene una narración interesante, muy bien armada y afortunadamente elude las convenciones que nos hacen odiar a estos acercamientos biográficos a héroes caídos. Abrió la Quincena 2007.
Chacun son cinéma. Cannes reunió a 33 grandes directores para que cada uno filmara un corto con motivo de los 60 años del festival: Takeshi Kitano a Wong Kar-wai, pasando por David Cronenberg, los Coen, Abbas Kiarostami y Ken Loach, González Iñárritu, Aki Kaurismäki, etc.
BAFICI 08- Comentario 5
QUE MAL QUE ANDA TODO, CHE.
Redacted (EE.UU.), de Brian De Palma. De Palma recrea Pecados de guerra en el Irak actual, reorientando el tono de su trabajo hacia el agit prop y la vanguardia. Lo que termina imperando es una brillante reflexión en torno a la dinámica de los medios de comunicación actuales y la transformación de aquello que solemos llamar realidad. Para acercarse al conflicto bélico de la manera más verídica posible, De Palma opta por asumir como materia prima (ficcionalizada) diarios filmados de soldados, videos de YouTube, reportajes para noticieros, cámaras de seguridad, video-blogs o documentales televisivos de corte didáctico. La verdad se revela como un puzzle fragmentario, complejo, casi inaccesible, y resulta asombroso observar cómo el animal cinematográfico que es De Palma consigue organizar los materiales para terminar construyendo una narración vibrante y emotiva, en la que a pesar de su apariencia documental, los recursos puramente fílmicos (el suspenso, el tempo, el encuadre, el fuera de campo...) pueblan la pantalla en todo momento.
La question humaine (Francia), de Nicolas Klotz. La película kamikaze del año. Tesis: el lenguaje ultra-tecnificado del empresariado moderno, que alcanza su máxima expresión en los departamentos de recursos humanos, contiene partículas residuales del contenido ideológico propugnado por el régimen nazi. El sorprendente resultado: un delicado tratamiento de los conceptos de herencia generacional, impacto traumático del horror, y el peso imborrable de la memoria personal e histórica. La estrella: Mathieu Amalric, el mejor actor europeo del momento. Registros: crudo realismo (a la Laurent Cantet), catársis corporal (una fisicidad angustiante) y otras tantas fugas oníricas. La cuestión a la que termina dando respuesta Klotz parece ser: ¿Cómo realizar una pirueta formal con doble tirabuzón ideológico y no morir en el intento?.
Import/Export (Austria), de Ulrich Seidl. Hay películas que encuentran su valor específico en su manera de confrontar tandencias malignas del cine de su tiempo. Así, la nueva película del extraordinario cineasta austriaco Ulrich Seidl se enfrenta sin tapujos al "cine transnacional de la buena conciencia". Ante películas tóxicas como Babel, de Alejandro González Iñárritu, Crash/Vidas cruzadas, de Paul Haggis (en el marco estadounidense) o The Edge of Heaven, de Fatih Akin (presentada en este mismo BAFICI), que alinean los males del mundo bajo el pulso dictatorial y dramatúrgico del director/demiurgo, Seidl opta por poner en escena la historia de un hombre y una mujer que realizan, de forma cruzada, pero sin tocarse, el trayecto entre Austria y Ucrania, descubriendo por el camino ambas realidades sociales, los flujos migratorios que las conectan y la relación de poder y sumisión que se establece entre los individuos de dichas naciones. A Seidl le obsesiona la crudeza y el declive de Europa, pero lo que resulta más fascinante es que, a pesar de que su cámara parece un imán para la bajeza moral, consigue albergar en su cine súbitos brotes de humanidad y ternura. Por eso, su cine acaba siendo tan sugerente, porque más que cerrar sus tesis y confirmar sus hipótesis, lo que consigue es abrir debates y ámbitos de reflexión.
Profit Motive and the Whispering Wind (
Dal Polo all’Equatore (Italia), de Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi. El dúo es responsable de uno de los proyectos cinematográficos más fascinantes de la actualidad, basado en un uso revolucionario del material de archivo de la primera mitad del siglo XX. Aquí comenzó todo, con el celuloide impreso por un fascista amnésico.
L'Avocat de la terreur (Francia), de Barbet Schroeder. Impactante y polémico (desde lo ideológico y desde lo ético) documental sobre Jacques Vergès, un abogado que incursionó en la lucha armada, defendió a terroristas en todo el mundo, desde Argelia hasta Palestina pasando por Alemania, y representó también a dictadores, criminales de guerra y profetas que negaron el Holocausto. Un personaje tan siniestro como fascinante.
BAFICI 08 - Comentario 4
HELLO, LENIN
The Revue (Sergei Loznitsa). Mirar la hermosura documental de noticiarios como por primera vez, restaurada hasta en el mínimo detalle. Belleza soviética, hay que aclarar, y de esa que encandila como la nieve rigurosa de las estepas rusas. Loznitsa insiste en que el registro de la historia pasada, esta vez de las décadas del 50 y 60, puede formar, al mismo tiempo, un mosaico y un calidoscopio donde se despereza el espejismo más tangible de la realidad. Acá hay un vaivén simple entre trabajo y arte, entre la política concreta y su propia mitificación, que va revelando el mapa de la gloria y el fracaso de la Unión Soviética. Y también hay unos títeres que rockean.
The Mosquito's Problem and Other Stories (
Of Freaks and Men (Rusia), de Alexei Balabanov. Excéntrico film que se disfraza de melodrama mudo para narrar una parábola de explotación y corrupción en la Rusia de principios del siglo XX. Los protagonistas son varios, pero destacan los gemelos orientales unidos físicamente desde su nacimiento.
BAFICI 08- Comentario 3
Que gente loca!
Interkosmos (Jim Finn). De la Tierra a la Luna, y más allá también, la utopía cómica (DT dixit) de Finn promete ser uno de los mundos más atractivos a descubrir en este Bafici. Su ópera prima es un falso documental construido con el rigor y la seriedad de ese comunismo que en Europa (del Este) ya no se consigue, acerca de una misión espacial especialísima. Altos momentos de disparate a cara de piedra, como una coreografía con jugadoras de hockey formando hoces y martillos, al ritmo de un kraut rock sónico que le habría hecho mover los pies hasta a Kruschev.
Otto; or Up with Dead People (Bruce La Bruce). En Cartoon Wars, uno de los mejores capítulos de South Park, Cartman descubre por qué los flashbacks de Family Guy son tan disparatadamente arbitrarios. Resulta que los productores de la serie tienen una pecera gigantes con manatíes que eligen bolillas con inscripciones al azar y según el resultado de esta elección, los realizadores de Family Guy hacen un chiste. Ejemplo: si los manatíes eligen una bolilla que dice “Tom Hanks”, otra que dice “helado de chocolate” y otra, “rinoceronte gigantesco”, los guionistas de Family Guy meten un flashback en el que Tom Hanks está comiendo un helado de chocolate y viene un rinoceronte gigantesco y lo aplasta. O algo así. Los que conocen a Bruce La Bruce dicen que él también tiene una pecera gigantesca con manatíes y bolillas en su casa. Hace unos meses los manatíes sacaron las bolillas: “zombies”, “marxismo”, “homosexualidad”, “chanchadas”, “perversiones sexuales”, “cine mudo de la década del 20” y ahora Bruce la Bruce llega al BAFICI con Otto; or Up with Dead People.
The Sun and The Moon (Stephen Dwoskin). ¿Alguien se atrevió a mezclar erotismo y deformidad en un mismo plano visual a través de una película sin ningún pudor? Tal vez unos pocos lo hicieron, desde diversos géneros, con distinta distancia irónica, conceptual, fetichista. Pero Stephen Dwoskin, un especialista en la materia erótica, lo trató una vez más, en una película más allá de sus propios límites: esta vez él es el protagonista de esta cruzada, poniendo su cuerpo desequilibrado en un primer plano difícil de tolerar. Una adaptación de La Bella y la Bestia, pero la parte bestial se come a la otra y es difícil soportar esa cámara lenta que planifica la fantasía más monstruosa que alguien haya hecho realidad digital. Vanguardia pura, obra maestra de un futuro que, por desgracia, tal vez no exista nunca.
La France (Francia), de Serge Bozon. Primera Guerra Mundial + travestismo + irresistibles canciones anacrónicas + lirismo + desparpajo + una historia de amor y solidaridad en medio de las peores atrocidades + una enorme actriz (Sylvie Testud) haciéndose pasar por soldado para ir en busca de su marido, del que ha perdido todo contacto epistolar. Otra joya de la última Quincena
BAFICI 08- Comentario 2
Latinoamérica, despierta
La trinchera luminosa del Presidente Gonzalo (USA), de Jim Finn. Rara y más que interesante reconstrucción del entrenamiento de las mujeres militantes de Sendero Luminoso en las cárceles peruanas.
Mange, ceci est mon corps (Haití-Francia), de Michelange Quay. De una gran originalidad, singular y sincopada, lo político elevado a un grado de abstracción difícil de describir. Una de las grandes experiencias.
Pepos (Colombia), de Jorge Aldana. Inclasificable, desmañada y moderna. Hay una idea por minuto y la mayoría son buenas. Mucho del último cine de la calle que se hizo en Latinoamérica debiera ver esta joya oculta como quien descubre que tenía un pariente lejano y no lo sabía.
Luz silenciosa (México), de Carlos Reygadas. El talentoso director de Japón y Batalla en el cielo narra un triángulo amoroso (prohibido, claro) en el seno de una rígida comunidad menonita del norte de México. Más allá de sus homenajes a (e ínfulas de) Tarkovski y Dreyer, tiene algunas secuencias tan brillantes y sobrecogedoras que lo hacen insoslayable. Reciente ganador del premio FIPRESCI a la mejor película latinoamericana de 2007.
Calle Santa Fe (Francia-Chile), de Carmen Castillo. Esta directora radicada desde hace muchos años en París regresa a Chile para recuperar la historia de su marido Miguel Enriquez -lider del grupo revolucionario MIR, que acompañó a Salvador Allende y combatió a la dictadura de Augusto Pinochet- asesinado en 1974. Embarazada por entonces, Castillo se salvó milagrosamente de las balas policiales y fue enviada al exilio por los militares. Más allá de algún off sentencioso y de algunas decisiones artísticas discutibles en su didactismo for export, Calle Santa Fe es una obra de múltiples aristas, que propone diversos debates sobre aquella época, que tiene varias capas y niveles de lectura y que termina emocionando con una apuesta inteligente y profunda. La responsabilidad que cada uno tuvo en aquellos tiempos, la discusión sobre la lucha armada, las consecuencias del exilio, la reivindicación de los militantes muertos y la culpa de los sobrevivientes, las diferencias generacionales, los conflictos familiares y una larga discusión respecto de si el MIR debía o no comprar la casa de la calle Santa Fe donde cayó Enriquez son algunos de los temas que surgen durante las muy interesantes tres horas del film.
La rabia (Argentina), de Albertina Carri y Cochochi, de Laura Amelia Guzman e Israel Cárdenas Ambiciosa y elegante, radical y conscientemente provocativa, La rabia, de Albertina Carri, probablemente su mejor película hasta la fecha, es una indagación sobre la violencia, allí donde el orden simbólico se deteriora y da lugar a lo arcaico sin mediaciones
BAFICI 08 - Queja 1
¿Y la grilla de programación?
Bien, gracias.
lunes, 31 de marzo de 2008
BAFICI 08 - Comentario 1
Los chinos están todos locos
Aunque son todos japoneses, salvo una excepción filipina y otra de Corea del Sur. Faltan películas coreanas interesantes, como hubo el año pasado ("A Dirty Carnival" y "Duelist", por ejemplo), pero las niponas nos van a compensar, y por mucho. Las chinas no garpan, todas alegatos del Dalai Lama y mariconadas por el estilo.
Black Belt (Japón), de Shunichi
Sukiyaki Western Django (Japón), de Takashi Miike. Homenaje al spaghetti western súper estilizado, hablado en un inglés con fuerte acento oriental, el último Miike es un eye candy con algo de esencia. Este es el film del BAFICI para dejarse tentar, abrir los ojos y apreciar una explosión de colores primarios. Y sí: Tarantino roba pantalla en un par de escenas.
I'm a Cyborg, But That's OK (Corea del Sur), de Park Chan-wook. El director de Simpathy for Mr Vengeance, Oldboy y Simpathy for Lady Vengeance, vuelve con otra película. No importa de quien sea, Chan-Wook ya está en el Olimpo.
Toda la retrospectiva de Kôji Wakamatsu. Un maestro del cine japonés a descubrir.
Secrets Behind the Wall (1965). Si bien Wakamatsu ya había filmado ¡más de 20 películas en los dos primeros años de su carrera!, este fue el largometraje que lo lanzó a la consideración internacional. Su historia es increíble y la contó el director del Forum, Christoph Terhechte, cuando presentó la primera de las únicas dos proyecciones. Secrets Behind the Wall fue seleccionada en 1965 para la competencia oficial de Berlín y, mientras el entonces joven Wakamatsu recorría la alfombra roja, la prensa japonesa la declaraba "una vergüenza nacional" y no podía entender cómo un burdo director porno accedía a un festival de semejante prestigio, mientras el gobierno nipón presentaba una queja formal vía diplomática por la decisión de los programadores de la Berlinale de rechazar todas las películas propuestas por la vía oficial y, en cambio, optar por este film experimental, con mucho de clase B, dominado por una tensión sexual asfixiante y con una mirada desoladora sobre la sociedad japonesa que incluye alusiones a las secuelas de Hiroshima, a Stalin (una pareja hace el amor bajo la mirada atenta del dictador soviético desde un afiche en la pared), a las protestas callejeras, al incesto, a las represiones de toda clase y a las más diversas perversiones. Todo con una puesta en escena bien arriesgada, llena de búsquedas formales y unos impactantes primerísimos primeros planos en pantalla ancha.
Go, Go Second Time Virgin (1969). Inspirado en un poema de Nakamura Yoshinori, este film sobre una joven virgen violada varias veces por un grupo de vándalos y la relación enfermiza y obsesiva que luego establece con un muchacho reprimido que deviene en asesino serial fue rodado en un puñado de decorados. El 95 por ciento de sus escasos 65 minutos transcurre en un único espacio abierto (la terraza de un edificio) que se transforma en decididamente claustrofóbico. Sexo, sangre, poesía y jazz conforman un cóctel expresivo desaforado y pocas veces visto hasta entonces para una película extrema y fascinante a la vez.
Sex Jack (1971), de Kôji Wakamatsu. Otro Wakamatsu, quizás su película más godardiana. Un grupo de guerrilleros debe esconderse de la policía, excelente ocasión para “compartir el amor socialista” con la única mujer del grupo. Pinku-politik al rojo vivo.
Ecstasy of the Angels (1972). Un grupo guerrillero roba explosivos en una base del ejército norteamericano, pero sufre varias bajas (algunos militantes mueren y uno de los que sobreviven queda ciego). Las distintas facciones de los revolucionarios se enfrentan luego de manera violenta por el control del botín para poder así liderar los atentados en distintas zonas de Tokio. Sexo y torturas, compromiso y traiciones, sueños y dogmatismos se combinan en una película destinada a la provocación y al debate. Por supuesto, el estreno sufrió en su momento un fuerte boicot y fue acusada de todo, desde ambos extremos del arco ideológico.
A Pool without Water (1982). El mayor agent provocateur del cine japonés presenta en este Bafici un foco de dieciséis películas ¿Cómo es que ese número no constituye una retrospectiva? Respuesta sencilla: este buen señor va por su film ¡cientoypico! y contando. Generalmente, Wakamatsu mezcla el pinku eiga (el cine erótico nipón) con la política revolucionaria, pero en A Pool Without Water deja un poco de lado lo último para concentrarse en la alienación privada de un señor casado que descubre la fórmula de la felicidad: rociar cloroformo en los aposentos de jovencitas apetecibles, violarlas, fotografiarlas y dejarles el desayuno preparado. Las secuencias ¿oníricas? en la pileta del título y los imaginativos recursos desplegados para no mostrar los pubis (tabú nipón inviolable), la hacen una de las mejores puertitas de entrada al mundo del señor Wakamatsu.
Sai no fukei (2005), de Koji Wakamatsu. Penúltima maravilla de este director japonés forjado en la variante más politizada del cine de género pinku eiga (películas eróticas de bajo presupuesto). Tras una prolífica trayectoria, particularmente activa en los 60 y 70, y una vida trepidante, ligada a movimientos políticos de izquierdas, Wakamatsu nos regala una pertinaz reflexión en torno al vacío moral que envuelve a la actual juventud japonesa. Fascinante relectura del Alemania, año cero, de Rossellini, la película retrata la fuga en bicicleta de un chico que acaba de asesinar a su madre. El film está basado en un hecho real, fue rodado en 15 días reproduciendo el trayecto recorrido en bicicleta por el protagonista (de Tokio a Aomori), casi sin guión, trabajando sobre la improvisación. La película comparte la mirada perpleja del Elefante, de Van Sant, sin embargo, en la construcción de su mecanismo formal, renuncia al hermetismo y opta por la flexibilidad. En perpetua búsqueda de nuevos recursos visuales (en el movimiento, en las distancias, en el tratado de la imagen), el film bascula entre la frustración y la utopía, el realismo y un lirismo sin límites en su búsqueda de la captura de la subjetividad de los protagonistas. Finalmente, los interrogantes y el discurso que propone Wakamatsu funcionan gracias a la contextualización histórica que el director introduce mediante el encuentro del muchacho con dos ancianos que relatan sus vivencias ligadas al pasado bélico de Japón. No es irrelevante apuntar que la banda sonora del filme cuenta con canciones de Kazuki Tomokawa, el "screaming philosopher" de Izo, de Takashi Miike. Una obra maestra total.
United Red Army (2007), de Koji Wakamatsu ¿Existió la militancia de izquierda en Japón? Parece un oxímoron pero aquí están todos sus tics (que son los de la militancia de muchos otros países). Una película que con su complementaria Red Army conforman un bloque que dialoga con las películas pink.
Tirador (Filipinas), de Brillante Mendoza. Tiene la vibración y el coraje que tenían las primeras “películas realistas” del llamado Nuevo Cine Argentino. Pero también varias diferencias: el rodaje parece más ligero y la narrativa es más expansiva, con varias historias paralelas y una mirada política (infaltable en el último cine filipino) de una dureza brutal.
The Rebirth (Japón). de Masahiro Kobayashi, cantante antes de convertirse en director de cine, protagoniza, escribe y dirige esta película –la gran ganadora del último Festival de Locarno– que dividirá a los espectadores. Argumento mínimo (que no vamos a contar) que va construyendo una fuerte emoción. Las rutinas en las que se sumerge con intensidad visual y sonora The Rebirth no funcionan solamente como una pintura del vacío de las sociedades industrializadas sino que trascienden la descripción y se convierten en una crítica asordinada y a la vez feroz. Y de las películas anteriores de Kobayashi a exibirse en el Bafici, si quieren empezar por la extraña y nostálgica ópera prima Closing Time sepan que van a encontrar referencias a Tom Waits (sí, claro, el título, y algo más) y mucha conversación cinéfila. Y desde ahí pueden seguir explorando la retrospectiva de este japonés que cambia de tono y ¿género? y mantiene la capacidad de sorprender.
viernes, 28 de marzo de 2008
miércoles, 26 de marzo de 2008
jueves, 28 de febrero de 2008
Corazón Indomable
Por alli viene Durruti con una carta en la mano, donde dice las miserias de este pueblo soberano
Por alli viene Durruti con un libro en el morral, donde apunta los millones que ha robado el capital
Por alli viene Durruti con catorce compañeros y le dice a los patronos lo que quieren los obreros
Por alli viene Durruti con un pliego de papel, a decirle a los soldados que se salgan del cuartel
Por alli viene Durruti sin carroza y sin dinero, todo el mundo le saluda, campesino y jornalero
Por alli viene Durruti con las tablas de la ley, pá que sepan los obreros
que no hay dios, patria ni rey
sábado, 16 de febrero de 2008
Bela me enseñó, con sus ojos tristes,
que el mayor deseo del que vive y sufre es morir.
Mi filosofia de la soledad
es fabricar ese rincon, llenarlo con mis miedos y mi paranoia.
¿Y si estoy triste que?
Quizas sea mejor, dejarme llorar.
¿Y si estoy solo que?
Quizas sea mi eleccion...
Mi egoismo es mi inseguridad.
Sera por eso que el panico al salir el sol
incluso al despertar, es parte de la costumbre
que se hizo en mi vivir,
Sin nada que esperar.
Solia creer que era tan fuerte en cambio
dejo tanto que desear
y este desasociego no es solo mio, no.
jueves, 31 de enero de 2008
La popularidad de todos los días
Me resistía a verla. Incluso, a leer sus críticas. Esperaba una nueva American Pie, los chistes de siempre de adolescentes que la quieren poner, los atletas, las porristas. Finalmente, me rendí.
La casualidad más que otra cosa me llevó a estar frente a Supercool (Superbad) y a sorprenderme, tan gratamente. En lugar de los estereotipos (jugador de fútbol americano, rubia porrista, surfers, chicos con onda) hay personas normales, tanto del lado de los protagonistas, como de sus adversarios. Lenguaje realista y situaciones cotidianas en las que todos estuvimos involucrados alguna vez, que llevan a la identificación entre espectador y personaje a puntos donde la comedia juvenil no había llegado hasta el momento. En esos aspectos, supera con creces momentos que, en el género, se volvieron pilares (Porky's, La venganza de los nerds, American Pie) y abre el juego a la realidad, algo muchas veces poco tangible en las producciones hollywoodenses. Hasta una situación tan saturada como el respeto a la virginidad de la mujer y el deseo de que la primera vez sea significativa, cobra nuevos aires en Evan, quien se aleja años luz de la corrección política de Kevin (American Pie) y su tufillo religioso. Hasta el malo tiene anteojos, y a los policías dan ganas de tenerlos como amigos.
En el plano técnico, nuevamente sorprende. El libro del cine dice (y se cumple en la gran mayoría de los casos) que la comedia lleva luz plana y el drama se potencia con las sombras. En este caso, las situaciones hilarantes y el desarrollo de la trama vuelven a encauzarse en la realidad gracias a la fotografía y demuestra una preocupación en el desarrollo del producto que otros equipos no tienen. El trabajo de cámaras tampoco es menor, ya que hay ciertos planos que no se suelen utilizar comúnmente, pero principalmente, es en el trabajo del foco donde toma distancia de sus pares, para aventajarlos por varios cuerpos.
En resumen, un gran guión, una dirección impecable y buenas actuaciones, que dan como resultado uno de los enigmas más importantes de estos últimos meses, y una patada al tablero que nos obliga a repensar ciertas cosas (entre ellas, la posibilidad de hacer algo parecido en Argentina, proyecto que se hunde en la desazón al descubrir que los protagonistas serían todos hermanos menores de estudiantes de la FUC, o peor aún, Nahuel Pérez Biscayart). Si fuera tremendista, diría que es la película más importante del año. Pero no lo soy, así que no paso de alegrarme, felicitar y recomendarla.
pd: y actúa Eddie!
lunes, 28 de enero de 2008
viernes, 25 de enero de 2008
Work in Progress I (me darán una beca?)
Al estar en progreso, agradezco desde ya y más que mucho, los comentarios al respecto, y las cosas a corregir.
ALICE
Alice no era de Seattle. Tampoco le gustaba el grunge. De hecho, en esa época contaba menos de diez años. Pero una vez, quizás en una fiesta, o en un bar, escuchó la historia del nombre de una banda. Nunca supo si era verdad o mentira, pero esa historia impactó en medio de su cerebro, y de allí no pudo irse nunca más. Había una vez una Alice, como ella, que era puta, no como ella. Alice era una entre tantas de millones, salvo por un detalle que la volvió famosa durante un par de minutos a la mañana: había sido encontrada dentro un auto, muerta, y envuelta en cadenas. A alguien más le impactó esa historia, y decidió usarla para nombrar a su naciente banda como “Alice in Chains”.
Alice no era puta, pero le gustaba coger. También le gustaba la plata, lo que la llevó a meterse en la distribución a muy pequeña escala de metadona. Pero el negocio era peligroso, y ella una chica rubia, que pese a ser white-trash, estaba bastante en desventaja frente a los mexicanos que ya dominaban California. Pensaba como hacer, durante varios días, sin llegar a nada claro, y con Starbucks como única salida. Hasta que en otra fiesta, quizás la misma que en donde escuchó la historia, conoció a Randolph. Nombre extraño, que jamás había oído, pero que venía acompañado de buenos billetes. Eso la hizo relajarse, y cambiar su asiento por el regazo de aquel hombre tan diferente, pero tan conocido al mismo tiempo.
Alice no era una belleza. Pese a ser una chica rubia de California adicta al sexo, sus rasgos no eran del todo agraciados, y sus dientes acusaban la falta de cuidado que les prodigó durante su adolescencia. Sin embargo, a Randolph le interesó para su negocio. Le tomó el casting sin ella saberlo, y tan adecuado estaba a su trabajo, que instintivamente midió sus planos más convenientes. Así que le pasó una pipa de crack y mientras ella fumaba, le propuso participar en sus películas. Buena plata, fácil, una oportunidad ideal para una chica como ella. Así lo pensó Alice también, y aceptó la propuesta. Para terminar de convencerse, sacó una cámara portátil y filmó la fellatio que ella, en agradecimiento, le estaba prodigando.
Alice no era muy brillante. Su familia tampoco, pero a nadie le importaba. Con suerte, se casaría con un marine que la mantuviera, y al morir en alguna guerra, le dejaría una buena pensión, las medallas, y el consuelo de ser la esposa de un héroe. El único problema es que ella no conocía a ningún marine, tan solo un policía mexicano que la detenía, cada tanto, sin más excusa que tenerla sentada un par de horas en la comisaría. Le daba comida, cigarrillos, algunos gramos de crack que quedaban como evidencia olvidada. El oficial Ramírez estaba loco por ella. Alice lo odiaba. Más por mexicano que por policía, o molesto, acosador, pervertido y otras cosas más fuertes que se le ocurrían al pensar en él. Su padre le había enseñado a odiar a los negros, a los mexicanos y a los chinos desde que era pequeña, y cada vez que escuchaba las expresiones “persona de color”, “hispano” u “oriental”, se salía de sus casillas y abofeteaba a quien las dijera. Para él eran negroides, frijoleros y japs. Nada más que mierda. Y la pequeña rubia creció con esas ideas, junto a la admiración por su padre violento y alcohólico, todas juntas como en un cóctel, dentro de esa cabecita rubia que tan poco pensaba.
Alice no sabía actuar. Ni siquiera lo poco que le exigía su nuevo rol de actriz. Sus gemidos fingidos parecían llanto de bebé, nunca entendía si tenía que mirar a su acompañante, a la cámara, al pene o al director. Además de que era torpe para sacarse la ropa, y para adoptar las posiciones necesarias sobre tacos plásticos de 15 cm.
miércoles, 23 de enero de 2008
Our Cancer Year
Así que me sumaré a la andanada de escritores que se hacen conocidos contando miserias propias (prostitución, anorexias, y esas cosas). Y si no, escribo sobre mi obesidad, le pongo "Cuestión de Peso" y me hago millonario. Tomá Andahazi.
jueves, 17 de enero de 2008
Nuestros años felices
Convivir. Es lo único que puedo hacer, si no quiero volverme loca. Y la verdad, que me gusta mi cordura, o lo poco que queda de ella. Pasar mis días, mis tardes y mis noches junto al recuerdo, con el odio a flor de piel, y con el temor por lo que va a venir, mucho más adentro, allá después de los órganos, donde hasta la sangre se pierde. Porque las almas puras no sangran, lástima que la mía esté tan negra, tan sucia, tan repulsiva, por los siglos de los siglos, amén.
Como en tantas veces, y lugares, fue de noche. A sangre y sangre (porque fuego no hubo, todo en un prolijo silencio de complicidad) entraron en casa, y mamá dormía. Los vecinos le avisaron que el barrio se estaba poniendo peligroso, que tuviera cuidado, más una mujer sola, como ella (tan apetecible, diría algún libidinoso entrado en años). Pero nada pudo hacer.
martes, 15 de enero de 2008
Punk y Anarquía: lo que me mata me hace más fuerte
Si bien sus raíces son mucho más extendidas en el tiempo, a mediados del siglo XIX, el anarquismo como teoría y práctica se expande entre el proletariado europeo, y luego, el norteamericano. Hasta la década del '30 del siglo XX, es una fuerza viva y muchas veces predominante en el movimiento obrero. A partir de allí, por distintas razones, comienza una debacle que diezmó las filas del anarquismo como nunca, hasta un tímido resurgimiento a finales de los '80. En Argentina, particularmente, los sucesos de diciembre del 2001, de definidos tintes libertarios, marcaron el inicio de un nuevo interés por el anarquismo. Yo soy un ejemplo de ello.
Revolución y claveles, alfileres y crestas
Los '70 fueron tiempos alborotados para todos. Los movimientos armados sacudían Latinoamérica con resultados varios y los hippies, luego de haber inventado la contracultura, se retiraron de escena. El neoliberalismo comenzaba sus primeros ataques desde el Imperio del Mal y sus figurines se repartían en gobiernos de distintas partes del mundo. Todo eso mezclado, en distintas dosis, da como resultado un vómito, un grito primal destinado a remover conciencias y ser la última vanguardia artística del siglo (quizás, de la humanidad): el punk. No importa la tipificación del punk, sino uno de sus aspectos, el relacionado con el anarquismo.
Desde Crass hasta "I'm an anarchist"
El anarquismo estuvo presente en el punk, tanto en letras, como en prácticas: el DIY es prueba suficiente de eso. Con distintos grados de compromiso y banalidad, volvieron a poner en boca de muchos la palabra "anarquista", y eso es demasiado para un movimiento artístico. Como toda vanguardia y contracultura, fue devorada por el mercado, pero lo que pasó en esos años, queda presente, e influenció a bandas que vinieron algo, o mucho después (La Polla Records, Dead Kennedys, Sin Dios, Los Muertos de Cristo, Black Flag, Anti Flag, Against Me, Propagandhi, Shaila, Argies). Estas bandas, transfirieron algunos conceptos y mucha emoción a las generaciones precedentes. Hubo quienes se dedicaron solo a escuchar y poguear, otros leyeron también. Como sea, se convirtieron en puerta de entrada a la Idea Libertaria. Otra vez yo; después de todo, el ego no está tan muerto.
Soy Anarkopunk, Duhalde me mandó a dormir
Sin embargo, así como el punk mantuvo viva la llama del anarquismo cuando palidecía (quizás por eso, por ser algo que provocaba rechazo y solo rememoraba caos), creo una casta que, en su mayoría, desprestigia más de lo que ayuda al anarquismo. Estos son los anarkopunks. Como en todo grupo social, dentro de ellos también hay personas que saben usar su cabeza, y su tiempo, en actividades productivas de aquellos que dicen defender, pero a muchos solo les gusta el bardo gratuito, la molotov al banco, y a eso lo llaman "Acción Directa". Invocan a Severino, de una manera tan literal y esquiva, que solo genera tristeza. Este no es un momento de destrucción, amigos, sino de construcción. Todo está por hacerse aún, y cada brazo dispuesto, cuenta.
Me gustaría conocer opiniones al respecto. Venga, vomite conmigo.
“Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones,
ese mundo esta creciendo en este instante”
Buenaventura Durruti
viernes, 11 de enero de 2008
Re-Apertura (o los motivos)
¿Por dónde empecé?
Por Alberto Laiseca, que con sus 67 años y 18 libros editados, no era exactamente lo que tenía en mente. Actual, si, más vital (y en esto incluyo la vitalidad) que muchos otros, también. Con sus bigotes a lo Nietzsche, "cuando estaba más loco", el personaje del Conde me atrajo, como si fuera una de esas figuras magnéticas que solo surgen tan pocas veces, un Bukowski porteño.
Sin embargo, logré encontrar los blogs de lo que yo quería (y descubrir que mi profesora de Semiología del CBC es escritora, cantante y performer) y comencé a sumergirme en esto.
Otro de mis problemas es la falta de constancia. Siempre me gustó escribir, lo hago correctamente, pero si bien tengo ideas y cosas que decir, me falta la decisión para hacerlo seguido. Espero que este espacio sea una manera de retomar aquello, y, por fin, hacerme famoso. Porque siempre fui un pez grande en estanque chico, y ahora quiero ver si me la aguanto contra los tiburones.